Tras abandonar la ciudadela del gremio , tomé mi camión y me dirigí hacia el oeste, atravesando las llanuras de Nachal y el valle del río Limón . Ahora me encontraba en una zona un tanto desértica y alejada de cualquier lugar, eso no tenía en aquel momento mayor importancia, lo cierto es que no llevaba un rumbo fijo puesto que no sabía exactamente a donde ir.
De golpe, entre las ondulaciones del terreno, creí ver moverse algo rápidamente, observé atentamente y sólo se oía el viento ...un momento, allí tras la piedra blanca de la derecha se había escondido algo o alguien con rapidez. A pesar de que estaba bastante cansado - eran muchas millas de traqueteos, saltos, baches y sacudidas- , me acerqué sigilosamente y tras la piedra estaba él ¿?.
Me miró sonriente y me preguntó:
- Ah! tú eres el que va al lugar de la comodidad?
- Al lugar de qué?...oye, por cierto, quién eres tú?
- Soy Bertoldo y te estaba esperando Iessú.
- Vaya, por lo visto el único que no sabe aquí nada soy yo. Por qué se supone que debo ir a ese lugar?
- Pues porque hace ya unos días que no dejas de pensar en él.
- ...umm... pues sí, bien mirado es así...pero cómo se llega a ese lugar?
- No es complicado, dejas todas tus incomodidades en esta caja y habrás llegado.
Puede parecer sencillo de hacer lo que me proponía Bertoldo pero os puedo asegurar que tardé bastante en reunirlas todas. Una vez las encontré me disponía a depositarlas en la caja de cartón cuando me dijo:
- Un momento, antes de que las dejes toma tres objetos de mi cuenco ...verás , me parece injusto quedarme algo a cambio de nada, así que antes de partir coge tres objetos, los que más te gusten.
La verdad es que no había mucho donde elegir, había seis objetos a cada cual más viejo e inútil , así que me quedé con una bola de papel, una llave vieja y una especie de boniato medio seco.
Bertoldo, que tenía una mirada muy aguda, debió captar enseguida el gesto de mi cara, así que dijo:
- Ja,ja,ja,ja. Qué esperabas a cambio de tus incomodidades? . A pesar de lo que te pueda parecer has hecho un buen trato.
Tras abandonar la ciudadela del gremio , tomé mi camión y me dirigí hacia el oeste, atravesando las llanuras de Nachal y el valle del río Limón . Ahora me encontraba en una zona un tanto desértica y alejada de cualquier lugar, eso no tenía en aquel momento mayor importancia, lo cierto es que no llevaba un rumbo fijo puesto que no sabía exactamente a donde ir.
De golpe, entre las ondulaciones del terreno, creí ver moverse algo rápidamente, observé atentamente y sólo se oía el viento ...un momento, allí tras la piedra blanca de la derecha se había escondido algo o alguien con rapidez. A pesar de que estaba bastante cansado - eran muchas millas de traqueteos, saltos, baches y sacudidas- , me acerqué sigilosamente y tras la piedra estaba él ¿?.
Me miró sonriente y me preguntó:
- Ah! tú eres el que va al lugar de la comodidad?
- Al lugar de qué?...oye, por cierto, quién eres tú?
- Soy Bertoldo y te estaba esperando Iessú.
- Vaya, por lo visto el único que no sabe aquí nada soy yo. Por qué se supone que debo ir a ese lugar?
- Pues porque hace ya unos días que no dejas de pensar en él.
- ...umm... pues sí, bien mirado es así...pero cómo se llega a ese lugar?
- No es complicado, dejas todas tus incomodidades en esta caja y habrás llegado.
Puede parecer sencillo de hacer lo que me proponía Bertoldo pero os puedo asegurar que tardé bastante en reunirlas todas. Una vez las encontré me disponía a depositarlas en la caja de cartón cuando me dijo:
- Un momento, antes de que las dejes toma tres objetos de mi cuenco ...verás , me parece injusto quedarme algo a cambio de nada, así que antes de partir coge tres objetos, los que más te gusten.
La verdad es que no había mucho donde elegir, había seis objetos a cada cual más viejo e inútil , así que me quedé con una bola de papel, una llave vieja y una especie de boniato medio seco.
Bertoldo, que tenía una mirada muy aguda, debió captar enseguida el gesto de mi cara, así que dijo:
- Ja,ja,ja,ja. Qué esperabas a cambio de tus incomodidades? . A pesar de lo que te pueda parecer has hecho un buen trato.
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