lunes, 12 de marzo de 2012

-VII- LA GRUTA



La entrada de la "Gruta de lo que eres, has sido y serás" es más bien pequeña, modesta, no revela en absoluto la grandiosidad de su interior.

Después de descender nueve tramos de escalera se llega a una especie de gran pasillo central desde el que parten numerosísimas galerías, cada una de ellas lleva a un número elevado de salas y en cada una de ellas está el mandala personal de cada persona, creciendo como los anillos de un árbol, del centro hacia afuera, continua, constantemente, ligeras capas de color van precipitándose en la periferia de cada mandala minuto a minuto .

Lo curioso de esta formación natural es que todas las galerías y salas están conectadas entre si, esto puede crear una sensación laberíntica en algunas personas pero a mí  me produjo una impresión de gran claridad.


Después de contemplar extasiado los colores que reverberaban en las formaciones rocosas de las paredes y techo de la gruta, llegué a la sala de mi mandala personal.



Miré en el interior de la poza de agua transparente y allí estaba! desconocido para mi hasta entonces, intuido por mí, de golpe me dio por reír fuertemente, entendí el por qué de mi resistencia desde pequeño a dibujar los cuadrados que me mandaban  en el cole, el por qué no soportaba las libretas de cuadros, el por qué me mareaban los tableros de ajedrez, …en fin me reí a gusto un buen rato…después me quedé en silencio mirando sus colores y como crecían sus márgenes durante largo tiempo , no sé cuanto, pero cuando salí de la gruta el sol ya estaba saliendo de nuevo por el horizonte.

Estaba sorprendido por todo lo que había visto, pero a la vez estaba un poco decepcionado, buscaba una orientación para el futuro y descubrí un chiste sobre el pasado, buscaba claridad ...y lo único que había pasado es que se me había fundido la linterna.







No hay comentarios:

Publicar un comentario