martes, 7 de julio de 2015

- CCXXVII - DESCANSO.



   




Una de las cosas que me ha enseñado pacientemente el mar en mi viaje, es que yo no puedo hacer que él se mueva como yo quiero, que lo único que está en mi mano es intuir cómo se va a mover y aprender, con trabajo, a manejar mi barco .